Esta ruta transcurre entre parajes de gran belleza. La religiosidad vasca queda reflejada en tres edificios de gran singularidad arquitectónica: el santuario de Loyola, la ermita de La Antigua y el santuario de Arantzazu.
Salimos de Donostia-San Sebastián por la autopista A-8 hacia Bilbao y tomamos la salida a Zestoa, desde donde nos dirigiremos hasta Azpeitia por la GI-631. Una vez aquí, circulamos unos dos kilómetros por la GI-3174 en dirección a Azkoitia. A los pies del macizo de Izarraitz, contemplamos nuestro primer destino: el santuario de Loyola. De este magnífico conjunto monumental destaca la basílica, de estilo barroco y planta circular, rematada por una impresionante cúpula de 65 metros de altura. Es recomendable la visita a la Casa-Torre de los Loyola, en la que nació San Ignacio de Loyola. En el ala del santuario próxima al río, se encuentra el Museo Sacro y el Diaporama.
Asimismo, merece la pena visitar el caserío-museo Errekarte, cuna del jesuita beato Francisco Gárate, que conserva enseres pertenecientes a su familia. Concluida la visita nos encaminamos a la vecina Azkoitia, donde retomamos la GI-631 en dirección a Zumarraga. Poco antes de llegar, hay un desvío a mano izquierda que nos conduce por la GI-3801 hasta la ermita de La Antigua. Los primeros datos sobre esta joya del románico datan del siglo XIII. El edificio se levanta sobre un mirador desde el que se contemplan las sierras de Aralar y Aizkorri. Destacable es su portada románica y la maravillosa combinación de madera y piedra en el interior, donde se guarda una talla gótica de la Virgen.
Desde Zumarraga, tomamos la GI-2630 en dirección a Oñati, desde donde ascendemos por la GI-3591 al santuario de Arantzazu. Es ésta, quizá, la mejor muestra de arte contemporáneo y principal referencia del culto religioso en el País Vasco. No en vano, todos los 9 de septiembre se celebra la festividad de Santa María de Arantzazu, patrona de Gipuzkoa y son numerosas las peregrinaciones durante todo el año a este venerado enclave. Con una privilegiada panorámica de la sierra de Aizkorri, el templo reúne trabajos de artistas como Chillida, Oteiza o Basterretxea.
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