El Biotopo Protegido de Gaztelugatxe (158 ha) abarca un tramo de la costa vizcaína comprendido entre las cercanías de Bakio al oeste y el cabo de Matxitxako (Bermeo) al este. Se trata de un enclave del litoral bien singular (conformado por acantilados y laderas de fuertes pendientes), más si tenemos en cuenta lo escasas que son las islas e islotes en nuestra costa. Además, uno de sus límites, el cabo de Matxitxako, es su punto más prominente y un accidente geográfico de referencia.
Viajando por la carretera entre Bermeo y Bakio aparecen a nuestra vista dos islotes rocosos, con los tonos habitualmente claros de la roca caliza; San Juan de Gaztelugatxe y Aketxe. El primero de ellos, más bien una península, está unido a tierra mediante un puente construido sobre las rocas que quedaron entre la isla y tierra firme; en uno de sus extremos, el oleaje ha horadado perfectos túneles en la roca. En su cima, a la que se accede atravesando el puente y subiendo una larga escalinata, se alza la ermita de San Juan; lugar al que, según la leyenda, San Juan Bautista llegó tras desembarcar en Bermeo y dar tres pasos que quedaron grabados en la roca del camino. Esta ermita tiene su origen en el siglo X y pudo ser un monasterio templario. A lo largo de los años, la ermita ha sufrido muchos avatares, incluidos incendios y saqueos de corsarios como el de Francis Drake, por lo que hoy en día la encontramos totalmente reconstruida.
El peñón de Aketxe se alza prominente en el mar. Durante siglos, la presencia humana en la isla ha sido muy escasa, pues sólo se puede acceder a ella en barco. Este aislamiento la ha convertido en un santuario para las aves marinas; 200 parejas de paiño común, cormoranes moñudos y gaviotas patiamarillas nidifican en este excepcional lugar.
Observaciones
Pesca permitida con caña desde tierra.
Existe una ruta específica que recorre el Biotopo por sus puntos más significativos.